Todos sabemos que la calidad educativa depende
de muchos factores, pero principalmente de docentes bien preparados; aquí no debe caber la menor duda a nadie. Actualmente, la idea de formación continua se perfila como la mejor alternativa
para asegurar este propósito en el Perú lo que implica necesariamente un
proceso de formación permanente durante toda la vida y la gran mayoría de
maestros de nuestro país ya estamos inmersos en ese proceso.
Sin embargo, lo que aprendemos los maestros en nuestra formación inicial o en los programas de post grado de
las universidades sirve poco en las aulas y menos en aquellas ubicadas en las
zonas rurales. Muchas son las razones para que ésto sea así, pero principalmente ocurre porque los programas y procesos formativos que realizan
estas instituciones están desactualizados y descontextualizados y además, no tienen la rigurosidad
académica necesaria para lograr formación docente de calidad, porque de no ser así, todas éstas instituciones estuvieran actualmente acreditadas. Por lo general priman los
intereses económicos y el favoritismo antes que formar docentes con perfiles que
respondan a las verdaderas demandas educativas del país y del siglo XXI. Es una pena observar que a la mayoría de docentes, nuestros grados académicos
no nos garantizan un buen desempeño en el aula.
Por eso, la estrategia de acompañamiento pedagógico, sustentada en las teorías de aprendizaje colaborativo, la misma que está situada en el aula y centrada en el fortalecimiento de las competencias profesionales de los docentes y específicamente en aquellas que se relacionan con sus prácticas educativas presenciales o virtuales y que impacten favorablemente en los aprendizaje de los estudiantes, es fundamental. Este es un tema sobre el cual no debe existir discrepancia alguna, porque la razón de ser del todo sistema educativo es que los estudiantes aprendan, de lo contrario todo habrá sido inútil.
Con esta estrategia, se trata de potenciar la identidad
profesional, la relación con el saber aprender y enseñar, el sentido ético y
sobre todo con el desarrollo de la autonomía profesional del docente. Para eso
el análisis y la reflexión de lo que se hace, su pertinencia sociocultural, por qué se hace,
para qué se hace, en qué base teórica científica se sustentan nuestras prácticas
y cuáles serían las alternativas técnicas de cambio son procesos reflexivos que
tienen que hacerse en forma individual o colectiva, mediados por el acompañante pedagógico y de manera continua hasta que se logre, no sólo meros docentes
y directores cumplidores de programas educativos, que se esfuerzan por que los estudiantes aprendan, sino líderes que gestionan de manera autónoma la
transformación social partiendo desde una sana convivencia, la vida saludable, la formación del pensamiento de orden superior, la cultura emprendedora; es decir, sin perder de vista el perfil de egreso de la educación básica peruana.
Hasta el momento, docentes que han demostrado una actitud positiva frente al acompañamiento pedagógico y que vieron en la estrategia una oportunidad para crecer, han logrado transformar su práctica en el aula, sus estudiantes demuestran el desarrollo de sus competencias; muchos otros han logrado su nombramiento o accedido a cargos directivos o especialistas de UGEL y están aportando a la mejora educativa en sus respectivos territorios. Sin embargo, hay quienes tiene una mirada distinta: creen que es una pérdida de tiempo, se excusan de mil formas para no cumplir con su deber, difaman, se aglutinan en un sindicato para el cual todo es negativo pero que sinembargo no plantea alguna otra propuesta como alternativa y hasta creen que sus derechos están por encima del que tienen los niños, el de tener un buen maestro.
¿Cuál es el resultado de este tipo de actitud especialmente en el contexto rural? . Aquí es importante señalar las más importantes:
1. Seguimos con prácticas tradicionales de enseñanza.
2. La relación escuela comunidad y la convivencia en el aula no es la más adecuada.
3. Los indices de repitencia y deserción escolar en la zona rural son bastante altos.
Ojalá en algún momento comprendamos todos que cumplir con el deber es primero, tal como lo señala el código de ética de la función pública y por otro lado, prima el interés superior de los niños, como lo señala el Código del Niño y del Adolescente. Por tanto, nuestro derecho como funcionario, docente o de cualquier otro oficio debe ser una consecuencia de haber cumplido con nuestro deber. Tenemos que revisar la cultura oriental para comprender este principio. A todos los equipos de acompañamiento del país les pido:
¡Sigamos avanzando! en nuestro crecimiento profesional para ayudar a crecer a nuestros compañeros maestros. Estoy seguro que lograremos impactar favorablemente en las prácticas docentes y en los aprendizajes de sus estudiantes a pesar de la situación de aislamiento.
¡Fuerza maestros acompañantes pedagógicos y docentes acompañados! ¡Demostremos que somos maestros de vocación!
Hasta el momento, docentes que han demostrado una actitud positiva frente al acompañamiento pedagógico y que vieron en la estrategia una oportunidad para crecer, han logrado transformar su práctica en el aula, sus estudiantes demuestran el desarrollo de sus competencias; muchos otros han logrado su nombramiento o accedido a cargos directivos o especialistas de UGEL y están aportando a la mejora educativa en sus respectivos territorios. Sin embargo, hay quienes tiene una mirada distinta: creen que es una pérdida de tiempo, se excusan de mil formas para no cumplir con su deber, difaman, se aglutinan en un sindicato para el cual todo es negativo pero que sinembargo no plantea alguna otra propuesta como alternativa y hasta creen que sus derechos están por encima del que tienen los niños, el de tener un buen maestro.
¿Cuál es el resultado de este tipo de actitud especialmente en el contexto rural? . Aquí es importante señalar las más importantes:
1. Seguimos con prácticas tradicionales de enseñanza.
2. La relación escuela comunidad y la convivencia en el aula no es la más adecuada.
3. Los indices de repitencia y deserción escolar en la zona rural son bastante altos.
Ojalá en algún momento comprendamos todos que cumplir con el deber es primero, tal como lo señala el código de ética de la función pública y por otro lado, prima el interés superior de los niños, como lo señala el Código del Niño y del Adolescente. Por tanto, nuestro derecho como funcionario, docente o de cualquier otro oficio debe ser una consecuencia de haber cumplido con nuestro deber. Tenemos que revisar la cultura oriental para comprender este principio. A todos los equipos de acompañamiento del país les pido:
¡Sigamos avanzando! en nuestro crecimiento profesional para ayudar a crecer a nuestros compañeros maestros. Estoy seguro que lograremos impactar favorablemente en las prácticas docentes y en los aprendizajes de sus estudiantes a pesar de la situación de aislamiento.
¡Fuerza maestros acompañantes pedagógicos y docentes acompañados! ¡Demostremos que somos maestros de vocación!
Wilfredo Ramírez Cieza.
Especialista pedagógico y en tecnologías de la información y las comunicaciones.
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